miércoles, 9 de noviembre de 2011

Joyas olvidadas de Nintendo 64 (Parte 3)

Con algo de retraso, pero aquí llega la tercera entrega de nuestro particular vistazo a esos juegos de Nintendo 64 que creemos que carecieron de la atención que merecían. En la entrega anterior os hablamos de Beetle Adventure Racing, Snowboard Kids o Star Soldier 64, mientras que para esta ocasión nos centraremos en Ogre Battle 64, una mezcla de RPG y estrategia táctica muy bien realizado, Dezaemon 3D, la entrega para los 64 bits de Nintendo de la icónica serie de Athena para "construir" matamarcianos, Stunt Racer 64, un arcade loco de conducción que te sorprenderá por su velocidad y extravagantes diseños, Bomberman 64, Arcade ed., la confirmación del conocido personaje de Hudson en la consola con un juego tradicional, y Starcraft 64, una impresionante conversión del original para PC que incluía incluso la expansión completa "Brood Wars" y alguna misión extra.

En el próximo número de RetroManiac repasaremos a conciencia la historia del desarrollo de la consola, desde su concepción por parte de Nintendo y Silicon Graphics hasta su difícil nacimiento, prácticamente tres años después, de mientras disfrutad con los juegos que os presentamos:


Los gráficos prerenderizados son de gran calidad
Ogre Battle 64
Seguramente uno de los juegos más valiosos dentro del catálogo de Nintendo 64, y curiosamente en su edición norteamericana (no salió en el mercado PAL), ya que la japonesa es relativamente fácil de conseguir y por lo general a un precio menor. La obra de Quest mezcla los RPG con la estrategia, en lo que vino a denominarse juegos de rol tácticos. Aún a expensas de que encasillar a un juego como Ogre Battle puede resultar algo complicado ya que bebe claramente de diferentes géneros, lo cierto es que se trata de un cartucho dotado de un valor de producción muy alto, con gráficos definidos y notablemente realizados (basados en su mayoría en sprites prerenderizados), una historia magnífica y horas y horas de juego, de hecho es seguramente uno de los juegos para la 64 bits de Nintendo más largos dentro de su catálogo.

En realidad es el sexto capítulo de la saga (aunque antes se produjeron dos juegos, por lo que realmente es el tercero en desarrollarse), y su historia nos sitúa en la piel de Magnus Gallant, un recién graduado de la academia militar en la región de Alba que se ve rápidamente inmerso en una  guerra civil que nos llevará hasta a seis finales distintos dependiendo de nuestras acciones durante el transcurso del juego.

Quest modificó un poco su estoico sistema de juego añadiendo algunas novedades como el “multi-target”, con el que llevar a varias unidades a diferentes áreas del mapa, unas interesantes escenas intermedias que nos van contando la historia y muchos jefes finales, aunque por el camino se pierden las cartas de tarot que tanto agradaron a los seguidores de este tipo de juegos y el inventario que fue simplificado con respecto al juego anterior para Super Nintendo. Con todo es un cartucho muy a tener en cuenta, el único de su especie en Nintendo 64, no sólo por sus excepcionales cualidades, sino también por las horas de juego que ofrece y la rareza de encontrarlo en buen estado a un precio comedido.



Dezaemon 3D
Solid Gear es un buen matamarcianos incluído
Desde que existen los videojuegos cada uno de nosotros ha soñado, seguro, con crear su propio juego. Pero lo que era un coto limitado a verdaderos gurús de la programación y artistas del pixel no estaba desde luego al alcance de nosotros, pobres mortales. Aquella situación se arregló en parte gracias a la aparición de algunos programas que permitían de forma más o menos sencilla crear juegos de diversa índole, aventuras, plataformas y matamarcianos, fueron sobre todo los objetos de esta especie de kits “hágalo usted mismo”.

La saga Dezaemon, iniciada en 1991 en Famicom por la semidesconocida Athena, es una de las que más solera tienen en el mundo de los videojuegos a la hora de crear nuestros propios matamarcianos, aunque desgraciadamente se conoce poco fuera de las fronteras niponas. Los primeros títulos, para NES y Super Nintendo estuvieron limitados por las propias características de los soportes. La primera versión en PlayStation tampoco resultaba especialmente buena, pero no así Dazemon en Saturn, que lograría gracias a su buena factura y curva de aprendizaje crear una comunidad de seguidores bastante activa. En 1998 llegaría la encarnación de la serie en Nintendo 64 aprovechando el supuesto poder tridimensional de la máquina y permitiendo crear algunos juegos poligonales de notable factura. A pesar de la barrera del idioma, trastear con un juego así no deja de ser divertido, y aunque las limitaciones siguen estando ahí, lo cierto es que podían crearse algunos juegos bastante competentes, basados, o no, en los ejemplos que traía el cartucho por defecto, uno de ellos (Solid Gear) por cierto, muy similar al popular Raystorm de Taito. Quizás el mayor problema del juego radicaba en que los desarrolladores optaron por no soportar la tarjeta de memoria externa de la consola, por lo que los juegos se guardaban mediante la pila del cartucho. Esto provocaría que los usuarios no pudieran compartir sus creaciones, y además limitaba sobremanera el número de juegos creados. En la parte positiva nos encontramos con un juego único, que además incorporaba esos pequeños titulillos a modo de ejemplo bastante competentes.

Vídeo

Stunt Racer 64
Preparados para la salida...
La historia de este juego es algo más que curiosa, y desgraciadamente, repleta de obstáculos. Boss Games, tras terminar el fabuloso World Driver Championship, uno de los mejores juegos de coches de aquella generación e injustamente tratado en ocasiones por su complejo control, se embarcó en un nuevo título para la 64 bits de cariz más arcade y rápido. Apodado en un principio como SR3K, los desarrolladores de Boss anunciaron su nuevo cartucho como una mezcla de F-Zero y Xtreme G, pero ambientado en un mundo fantástico y conduciendo coches americanos típicos de los años 60 y 70.

Precisamente esta conceptualización provocó recelos en Midway, quien tenía los derechos sobre la distribución del juego, al compararlo con su franquicia San Francisco Rush, y más concretamente en Rush 2049, el prometedor colofón de una saga más que irregular, y sobre el que Midway estaba ciertamente invirtiendo bastante. Así que comenzaron las trabas, los cambios en el diseño, los retrasos en su producción y las capturas de pantalla como cuentagotas. De hecho prácticamente sólo IGN64 mantuvo una especie de seguimiento del juego habida cuenta del talento del equipo que estaba detrás. Finalmente SR3K apareció como Stunt Racer 64 y únicamente en el mercado del alquiler norteamericano. Midway se había quitado un problema de encima (y de paso había perdido una oportunidad de ganar algo más de dinero seguramente), y Boss vio truncado su juego por falta de fondos.



En cualquier caso, lo que nos interesa es el juego en sí, una especie de carreras arcade que mezcla la capacidad de los coches de realizar acrobacias en el aire con la velocidad extrema y la suavidad que caracterizan los motores gráficos de Boss (con modo en alta resolución incluído). Quizás se notaba el bajón en el diseño global del juego, los escenarios no están tan bien realizados con respecto a WDC, y los coches son rediseños futuristas extraños de grandes Cadillacs, pero la verdad es que si tenéis la oportunidad de jugarlo y profundizar en Stunt Racer, os encontraréis un juego sencillo de jugar, muy, muy rápido, manejable y lo que es más importante, bastante divertido. Los modos de juego opcionales, como las estupendas carreras a cuatro bandas, los delirantes escenarios con atajos y variantes, y una nutrida colección de modelos diferentes para conducir, pulen un tanto un juego que con algo más de inversión y dedicación podría haberse convertido en un título mucho más reconocido.

Bomberman 64 Arcade
¡Aquí faltan otros tres jugadores!
Con Nintendo 64 dando los últimos coletazos en Japón, va y aparece Hudson con este “regalo” debajo del brazo para los seguidores del bombardero más famoso de la historia. Después de tener que aguantar extraños experimentos plataformeros con mejor o peor suerte (más bien de lo segundo), Hudson se ve que recapacitó y lanzó el título póstumo de la consola en el país del sol naciente. Bomberman 64 (apodado cariñosamente como “Arcade Edition”), no es más que la evolución del clásico Bomberman, aquel magnífico juego de principios de los 80 que tanto encandiló a los jugones de todo el mundo, sobre todo gracias a la gran cantidad de conversiones realizadas (impagable ese “Don Pepe y los globos” para Spectrum en España).

La mecánica ya la conocéis. Armados con vuestro arsenal de bombas y “poer-ups”, tendréis que eliminar a todo bicho viviente de la pantalla evitando que os toquen o que os roce vuestra propia onda espansiva cuando detonais una de vuestras bombas. Aunque el modo par aun jugador tiene su gracia, donde realmente luce el título de Hudson es en su variante multijugador, en la que hasta 4 jugadores podían repartir leña pegados a la pantalla del televisor. Diversión sin límites de la que muchos desarrolladores y juegos actuales podrían aprender. Su inagotable adicción multijugador sólo se ve ensombrecida porque sólo estuvo disponible de forma oficial en Japón, una lástima, y para los más puristas en que, aunque perseguía el diseño 2D característico de la serie, no mejoró ni un ápice (quizás hasta empeoró) lo que ya se había visto en las entregas para PSX o Saturn.

Vídeo

Starcraft 64
¡Al ataqueeeeee!
Muchos pensaréis en la locura de llevar un título de estrategia como Starcraft hasta un sistema con tantas limitaciones como Nintendo 64, pero os sorprendería más saber que la cosa funciona, y de que manera. Siempre teniendo en cuenta las diferencias intrínsecas entre un PC 486 de la época, y una Nintendo 64, desde la resolución de pantalla disponible hasta evidentemente la memoria y el espacio en disco duro, lo cierto es que la conversión del popular juego de estrategia en tiempo real de Blizzard es notable, y supone un esfuerzo mucho más redondo que el anterior intento de llevar Command & Conquer hasta las consolas. Mass Media, los desarrolladores, hicieron un trabajo excelente adaptando el complejo método de control mezcla entre ratón y teclado, al mando de Nintendo 64, gracias a la inclusión de atajos y a una sabia utilización de combinación de botones.

Quizás la pega estaría en que el joystick analógico del mando no se puede comparar a la precisión del ratón, pero es un detalle que podemos obviar tras comprobar el buen trabajo realizado en el resto de apartados, empezando por el audiovisual, y terminando por la inclusión de la expansión “Brood Wars” en el caso de que contáramos con un expansion pack en la consola. Starcraft 64 apareció en el mercado norteamericano, y existe una versión PAL pero sólo para Australia, el viejo continente se quedó sin su ración de Protoss y Zergs desgraciadamente. Posiblemente el que apareciera en los últimos años de vida de la consola no ayudaría precisamente a un lanzamiento mayoritario. Los 256 megas del cartucho (una cifra nada desdeñable para Nintendo 64), dieron para mucho a los desarrolladores, pero en el camino se quedaron algunas de las atractivas cinemáticas de Blizzard (otras fueron acortadas), maravillosas para la época, y el editor de mapas. Son detalles que podemos pasar por alto a sabiendas que esta es la única versión disponible para consola de un juegazo como Starcraft, y la diversión que supone el modo cooperativo en la misma pantalla.

Vídeo

1 comentario:

  1. El ogre battle tiene unos graficos que no parecen de N64, son la caña y el starcraft genial sin duda con cinematicas, pensaba que en la n64 no habia juegos con esas cosas.

    ResponderEliminar